Hace poco más de 3 años comencé a practicar yoga.
Nanananananananana (circulos girando de colores) y llegamos al 2018, o sea, hoy.
Cuando me encuentro en situaciones «no nuevas» pero resolviendolas de una forma «si nueva» digo: — Esto es gracias al ashtanga! Eureka!
Sin repetir y sin soplar vamos a mencionar, apenas, unas 10 de toooooooooooooda la lista de situaciones que han mejorado en myself desde que: –Eeeeeekam, inhale, exhale.
- No me engancho en pelear: no es que me peleo por que, si vamos al caso todos nos peleamos, sino que, manifiesto mi desacuerdo o mi NO si así lo requiere y no me muevo de ahí.
- Amo sudar, pero sudar heavy: cuando debo prepararme grandes cantidades de comida para la semana completa sudo chorritos de agua y no me molesta. De hecho, me fascina!
- Camino derechita y apoyando toda la planta del pie (si, derecha ando porque bailo y la danza te corrige pero igualmente algo encorvada o mal parada era)
- Puedo identificar a las personas interesadas y materialista y sabes que? No me importan porque no me sumo a su «modus operandi» y sigo happy.
- Amo estar en silencio… escuchando los pajaritos, el ruido de los árboles o de la calle. Los sonidos se volvieron más densos y en la mayoría de los casos prefiero estar así.
- Mi cabeza dejó de estar mandándome mensajes todo el tiempo. Imágenes. Imaginaciones. Dolores emocionales. Ansiedades. De pronto todo cobro más espacio y si ando un poco piruchita, respíro hondo, cierro los ojos y canto un mantra.
- Me volví más tolerante. Con mi propio cuerpo. Con mis propias metas y luego con los demás, ya no espero tanto a cambio ni sufro decepciones porque cuando alguien me lastima, lo perdono dentro mío y le agradezco la sacudida.
- Soy generosa! Compartir, compartí siempre. Nunca el egoísmo fué muy grande pero claramente si estaba como lo está en todo ser humano: el ego y el egoísmo. Pero hoy puedo ser más generosa todavía inclusive con situaciones y trabajo que mezquinaba sin darme cuenta por egoísmo! Suelto todo… el otro sabrá cargar con el latigazo de obrar bien o mal conmigo, así como yo cargo con mi propio latigazo.
- Me volví más sencilla y natural, ando loca por irme a una playa a andar en patas tomando sol, viajar, conocer, explorar la naturaleza (de hecho eso haremos este año). Siempre digo en chiste «me quiero ir a una cueva a meditar sola en el medio de la selva» y caí en la realidad de que no era chiste!
- Confío en las personas que se me acercan sin importar cual es su intención. Siento que hay una protección que es de cada uno y que nunca falla. Confiar en las personas me libera del miedo a sufrir e increíblemente, ninguna me ha hecho sufrir. Cuando me siento amenazada automaticamente mi mente me dice: «Porque fulano/a querría hacerte daño a vos?», y se me pasa.
La práctica de ashtanga vinyasa yoga ha hecho mediante las asanas, la respiración, la meditación y la continuidad que quien escribe ande por la vida más liviana y tolerante.
Claro que se me chifla el moño cada tanto pero mi corazoncito grita: Inhalá, exhalá y OM.
Namasté.
Ah!! Pará!! En MARZO 2018 llega la 1er. actividad de https://www.facebook.com/ARGashtangaproject
Será con una persona IN-CRE-Í-BLE. Capacidad limitada ( pocos lugares)
Info para stands y pases: kumbhakaeventos@gmail.com
By Viviana Gimena Gigante