¿La ayuda se brinda o se pide?

No es fácil ponerse a hablar sobre ayudar, sobre todo cuando teniendo en cuenta que los 6.000.000.000 de habitantes del Planeta Tierra precisamente, de alguna u otra manera, precisamos ayuda.  Pero voy a hablar (o intentar hacerlo) de la ayuda «humana», esa que es la que nos conecta con el otro y la que regala al otro (al prójimo) un mimo al corazón.

Hubo una época donde se habian viralizado por las redes sociales unos videitos asiáticos donde se reproducían unas «cadenas de favores» ( en las que uno hace un acto de bondad/caridad y el que la recibe la perpetra y así interminablemente hasta que ese acto regresa de alguna forma al que la inició)  que le ponían a una la piel de gallina, era imposible no traer al presente algun recuerdo de haber cometido algún gesto «similar» para con alguien y pegarlo a otro recuerdo donde era «una misma la beneficiada» sintiéndote ese personaje de ese video viralizado que transmitía justamente, la famosa «rueda de la vida donde todo lo que dás, vuelve».

Me harté de verlo pegado en los muros de mis contactos, de verlo en el noticiero local y en el de todos los Paises del mundo y durante los próximos meses que le siguieron, me harté de ver nuevas y nuevas sagas (copias de otras marcas, obvio, fué un BOOM COMERCIAL el video) con el mismo mensaje. Pero, ¿habíamos logrado captar el mensaje’ y… ¿lo habíamos aplicado?, ¿o sólo la emoción de lo visto en la pantalla que fué algo pasajero?, ¿realmente aplico todo esto maravilloso que me sucede a mi prójimo? o ¿si pero no?.

¿Que lío no?, no es sencillo compremeterse con causas que involucran a «el otro», imagináte lo que me cuesta comprometerme con ir a algo tan sencillo como una visita al odontólogo si no me vá a costar hacer algo y sostenerlo con otro ser humano de carne y hueso como yo. O siendo más realista: otro que no sea yo.

¿Hasta donde la emoción de ver «que el cambio es posible» no actúa como una alerta recordándote algo que bien podrías hacer pero, como la alerta del despertador, patéas 15 minutos para más adelante?

Lágrimas de cocodrilo. Si, lo hago pero mejor en otro momento y en otra cirscuntancia donde yo no salga perdiendo.

Te levantás, desayunás y al salir a la calle y subirte a tu auto o bicicleta lo primero que hacés es putear a la Sra. que tarda en cruzar o al peatón que no te vió venir con la bici a 234 kms/hora por la bicisenda o te reís de una compañera de trabajo porque «usa ropa que no vá con su edad» o te mufás si en una clase de yoga llega alguien tarde y debés «cederle» espacio para que entre con su mat y se una a la práctica o te ponés celoso si no todos y todo es agua de tu caudal.

¿Es esto lo que ese videíto y cientos de fotos con frases esperanzadoras de todas las religiones que compartíste te dejó?, porque si fuíste o sos capaz de asentir a todo este ciber-contenido que dá vueltas por todos lados, ¿porqué no dar un mini-pasito hacia un acto de caridad?, podés empezar dejándo pasar primero a las personas que van apuradas por la calle, al peatón, corriendo tu mat sin que nadie te lo pida ni bien vez al pobre practicante dando vueltas sin espacio donde meterse o tratándo con menos violencia a ese integrante de la familia que «te saca».

Nada de lo que hagas vá a ayudarte si no empezás a actuar con caridad y empatía. Ni las clases de meditación, ni las de ashtanga, ni el curso de comida vegetariana ni el de primeros auxilios a mascotas abandonadas, nada suma (¿suma?, bueno no me gusta usar términología utilitaria pero no se me ocurre mejor ejemplo) si seguís repitiendo los mismo patrones EGOISTAS con todos los demás porque es justamente el egoísmo uno de los (en realidad es el único) males de la humanidad de carne y hueso y de la espiritualidad: el egoísmo, eso que no nos deja hacer o pensar en otro que no seamos nosotros mismos.

Nada vá a ayudarte. Ni leerte los Yoga sutras ni los Vedas.

Me enamoro, pero hasta ahí ¿eh?, trabajo pero, de 9 a 18 ¿eh?, cedo el asiento pero sino estoy muy cansada/o ¿eh?.

El ejercicio nuevo tiene que ver con hacer y dar inclusive estando en desventaja, ¡de eso se trata la caridad y la empatía!, de dejar de pensar primero en una misma y empezar a pensar en el otro, dejar de protegerte, de buscar constantmente no perder nada ni nunca: regalo ropa que uso, ando apurada pero dejo pasar a esa Sra. que me quiere cruzar el paso, me levanto y dejo que se siente una madre con su hija de 12 años en brazos, practico yoga compartiendo mi espacio con los demás.

¡Esto es lo que nos enseña el videíto que tanto nos hizo llorar y las fotos y las webs y los congresos y los libros y los sutras! A pensar, sentir y actuar en el otro.

No persigo objetivos, ni un lugar en el Paraíso ni dinero ni caer bien, ni ser observada, lo hago por el simple y mero acto de ponerme en segundo plano y así alguien más no muy tarde te pondrá a vos primero.

Aunque haya sido dejándote pasar en la calle…

Sea altruísta, haga lo correcto por el simple hecho de ser lo correcto.

 

By Viviana Gimena Gigante